Este refrán significa que no basta con rezar, sino que también hay que trabajar por lo que deseas. Es decir, "poner algo de tu parte" para conseguirlo.
Había una vez un hombre que todos los días pedía: Señor, ayúdame a cruzar el río. Señor, ayúdame a cruzar el río. Hasta que Dios le contestó: vale, pero coge alguna de las barcas que te he enviado.